Por: Chris Hedges
Artículo publicado en Amauta con permiso del autor
Fuente: Truthdig
Traducción: Silvia Arana, Rebelión
Artículo publicado en Amauta con permiso del autor
Fuente: Truthdig
Traducción: Silvia Arana, Rebelión
El estado de seguridad y vigilancia no funciona ni con matices ni
ambigüedades. Los millones de agentes, recolectores de información,
miembros de inteligencia clandestinos, analistas y unidades armadas
paramilitares viven en un mundo binario de opuestos, de buenos y malos,
de blanco y negro, de contrarios y aliados. No hay nada en el medio. O
estás a favor o estás en contra. Eres un patriota o un enemigo de la
libertad. O apoyas la cruzada para erradicar a los malvados de la fase
de la Tierra o eres un musulmán terrorista, un colaborador o un
instrumento de los terroristas. Y ahora que ya hemos creado este
monstruo, será difícil, quizás imposible, librarnos de él. Nuestras 16
agencias nacionales de inteligencia y ejército de contratistas privados
se alimentan de la paranoia, el rumor, el avance rampante de sus
carreras, demonizan la libre expresión con sentido crítico y las
narrativas a menudo inventadas. Justifican su existencia y el consumo de
vastos recursos gubernamentales transformando hasta lo banal y lo
mundano en una amenaza potencial. Y cuando hayan logrado su cometido, la
nación será un gulag.
Es por esto que es tan peligrosa el Acta de Autorización de la
Defensa Nacional (National Defense Authorization Act, NDAA), contra la
cual -junto con otros tres querellantes- presentaremos una demanda ante
la Jueza Katherine B. Forrest en la Corte de Distritos de EE.UU., por el
Distrito Sur de Nueva York este jueves. El acta, firmada por el
Presidente Barack Obama el pasado 31 de diciembre, pone en manos de
personas sin discernimiento del disenso legítimo el poder de usar el
brazo militar para denegar el debido proceso a todos los catalogados
como terroristas o simpatizantes de terroristas, para mantenerlos en
detención militar indefinida. El lenguaje deliberadamente obtuso del
NDAA, que define como “personas abarcadas” a aquellas que “apoyan
sustancialmente” a Al-Qaeda, Talibán o “fuerzas asociadas”, hace que
todos los estadounidenses sean terroristas potenciales para el extenso
aparato de seguridad nacional ( homeland security ). Y el testimonio de
mis compañeros querellantes, que entienden que el NDAA no se refiere a
ellos sino a nosotros , ilustra repetidamente esto.
Alexa O’Brien, una estratega de contenidos y diseñadora de
información que fue la co-fundadora del Día de Ira de EE.UU. ( U.S. Day
of Rage ), una organización creada con el fin de reformar el proceso
electivo y liberarlo de las manos de las corporaciones, fue la primera
querellante en tomar la palabra. Declaró que cuando Wikileaks hizo
público 5 millones de e-mails de Stratfor, la empresa privada de
seguridad que trabaja para el Departamento de Seguridad Nacional de
EE.UU. (U.S Department of Homeland Security, DHS), el Cuerpo de Marines y
la Agencia de Inteligencia de Defensa, descubrió que la compañía estaba
tratando de conectarla a ella y a su organización con musulmanes
radicales, con sitios de la red y con la ideología de la jihad.
En agosto pasado hubo un intercambio de mensajes entre Fred Burton,
el vicepresidente de Stratfor de la sección antiterrorista y seguridad
corporativa y ex director de la división antiterrorista del Servicio de
Seguridad Diplomática del Departamento de Estado, y Thomas Kopecky,
director de operaciones de Investigative Research Consultants Inc. y
Fortis Protective Service LLC. En ese intercambio, filtrado el 27 de
febrero por Wilikeaks, Kopecky escribió: “Estuve indagando sobre ese
movimiento Día de la Ira de EE.UU. y específicamente tratando de
conectarlo con cualquiera de los movimientos sauditas u otros
fundamentalistas musulmanes. ¿Saben ustedes algo de esto -más allá de
sus ideales sobre temas fiscales nacionales?”.
Burton le contestó: “No, no sabemos de ninguna conexión concreta
entre los movimientos fundamentalistas musulmanes y Día de la Ira o el
movimiento de octubre de 2011 en este momento”.
Pero eso cambió rápidamente. Stratfor, a través de otros que
trabajaban en conjunto con el FBI, pronto establecieron una conexión
entre el movimiento y Al-Qaeda y otros grupos terroristas.
A principios de septiembre, Día de la Ira de EE.UU., que apoyó el
llamado del 17 de septiembre para ocupar Wall Street, recibió mensajes
de Twitter acusándolos falsamente de estar afiliados a grupos
terroristas. Estos mensajes provenían de Provide Security, una empresa
privada de seguridad e inteligencia, que estaba dirigida por Thomas
Ryan, quien trabaja para agencias militares y gubernamentales, y el Dr.
Kevin Schatzle, ex agente antiterrorista del FBI, del Servicio Secreto y
del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, quien forma
parte de la junta directiva de una empresa privada de inteligencia que
vende tecnología para identificar e interrogar a sospechosos de
terrorismo. El primero de septiembre el movimiento Día de la Ira de
EE.UU. recibió tres mensajes de Twitter que decían:
“Ahora están realmente comprometidos con esto. Aparecieron musulmanes de un sitio de la Jihad de Afganistán…”
“Parecen pacíficos pero #Anonymous manchará su reputación y PRONTO!
Están planeando atacar NYPD y bancos para #OccupyWallStreet con
#RefRef.”
“Solo un adelanto. Miré sus videos de entrenamiento, ¿se dan cuenta
de que la relación/infiltración de #Anonymous les causará MUCHOS
problemas?”
El 14 de octubre de 2011, Ryan de Provide Security publicó un
artículo -”El archivo de e-mail de #OccuppyWallStreet Movement” en el
sitio web Andrew Breitbart Presents Big Government- vinculando el
movimiento Día de la Ira con Al-Qaeda y otros grupos terroristas. Ryan
dijo en el artículo que él había “reclutado a otra gente para ayudar con
la recolección de datos” de sitios de medios sociales, incluyendo Día
de la Ira. El artículo continúa diciendo:
“El 10 de agosto de 2011, el grupo de hackers “Anonymous” anunció que
se uniría a las demostraciones de Occupy Wall Street. Eso despertó mi
interés para monitorear #OccupyWallStreet.
Me contacté con un colega para preguntarle si estaría interesado en
estudiar las protestas conmigo. Al principio, parecían desorganizados, y
pensamos que solamente habría unos pocos cientos de activistas
protestando.
A medida que nos adentramos en la vigilancia del crecimiento del
movimiento, reclutamos a otras personas que nos ayudaran a recolectar la
información disponible en las redes sociales. Comenzamos a diagramar
cuáles eran los personajes clave, y a monitorear las acciones de
Anonymous para organizar protestas en el sistema de transporte público
en el área de la Bahía de San Francisco (#opBART) con el fin de detectar
patrones de influencia clave.
Luego, a fines de agosto, un investigador nos alertó de que
información sobre Día de la Ira (al que Occupy Wall Street está
conectado) había aparecido en Shamuk y Al-Jihad, dos sitos de
reclutamiento de Al-Qaeda. Comenzamos a tomar más en serio las protestas
de “Occupy” y a dedicar más tiempo a la investigación y monitoreo.
Días después, Anonymous anunció que emitiría su nueva herramienta
DDOS. A causa de los mensajes en sitios de Al-Qaeda, contactamos la
oficina de Nueva York del FBI para que ellos investigaran la amenaza
potencial. A partir de ese momento, decidimos que necesitábamos incluir a
Elemento Humano de Inteligencia (HUMINT según sus siglas en inglés) e
infiltrar a los activistas para diagramar sus vínculos con Anonymous y
con los mensajes publicados en Shamuk y Al-Jihad.”
Aunque todo esto suene como delirios de una persona desequilibrada
mentalmente, o quizás con sus facultades mentales debilitadas, fue
suficiente para desencadenar una respuesta en las mentes torcidas de
aquellos que trabajan desde las sombras de nuestro estado de seguridad y
vigilancia. El director del programa federal de la compañía, quien
había sido un interrogador y especialista en lenguas extranjeras, le
dijo a O’Brien, quien en ese momento trabajaba como diseñadora de medios
digitales para una empresa de eficiencia del comercio energético, que
agentes del gobierno de EE.UU. le habían preguntado acerca de ella en
repetidas oportunidades. Primero, la apartaron de varios proyectos, y
luego la echaron del trabajo.
En este momento, el motor conspirativo, que da alimento a la máquina,
está a todo vapor. El 11 de enero, una revista de seguridad de
Australia publicó un artículo titulado “Islamismo radical: Influencia
global en asuntos internos” vinculando el movimiento Día de la Ira con
grupos islámicos radicales. En una parte dice:
“Recientemente observamos actividades similares a las de los grupos
islámicos radicales en la planificación de Día de la Ira de EE.UU. que
fuera programado para el 17 de septiembre de 2011. Mientras que este
ciertamente no fue caracterizado por enfrentamientos violentos como los
que ocurrieron en los motines de Gran Bretaña, presenta el mismo tipo de
gente tratando de influenciar los procedimientos. Estos se comportaban
con patrones de conducta similares grupales e individuales que
observamos en aquellos tratando de manipular en CHOGM (siglas en inglés
de Commonwealth Heads of Government). La mayoría promovía
confrontaciones violentas, mientras que otros difundían propaganda de la
Jihad, a nivel básico.”
Una de las querellantes en nuestra demanda judicial, Birgitta
Jónsdóttir, una parlamentaria islandesa que abogó a favor de leyes de
transparencia que permitirían que WikiLeaks funcione en Islandia y
colabore en la producción de un video sobre el bombardeo de Bagdad de
2007 que causó la muerte de dos periodistas y otros nueve civiles, no se
presentó ante el tribunal. La autora Naomi Wolf, que al igual que
Cornel West ofrecieron su ayuda, Noam Chomsky, Daniel Ellsberg, y otros
tres querellantes leyeron el afidávit de Birgitta Jónsdóttir ante el
tribunal.
En enero de 2011 Birgitta Jónsdóttir, a pesar de no ser ciudadana de
EE.UU. fue citada por el Departamento de Justicia de EE.UU. para que dé
información “sobre todos sus mensajes de Twitter y otros desde el
primero de noviembre de 2009″. La información requerida, que ella se
negó a proveer, incluía las direcciones de correo y la información sobre
facturación, todos los registros de conexión y de sesiones, todas las
direcciones IP usadas para acceder a Twitter y todas las direcciones
conocidas de e-mail al igual que “todos los medios y fuentes de
financiamiento”, incluyendo registros bancarios y tarjetas de crédito.
El Departamento de Justicia ordenó la entrega de los registros
correspondientes desde el primero de noviembre hasta la fecha actual. El
ministro de relaciones exteriores le aconsejó a Birgitta Jónsdóttir que
no viajara a EE.UU. para la sesión de la corte del día jueves, por
temor de que fuera detenida, especialmente después de que el
Departamento de Justicia se negó a hacer una declaración por escrito
garantizando que ella no sería detenida si se presentara en territorio
estadounidense.
Quizás el intercambio más escalofriante fue el ocurrido entre los
abogados del gobierno y la Jueza Forrest. La jueza, quien probablemente
estaría a cargo de la sentencia en mayo, pidió repetidamente garantías
de que los querellantes no estuvieran en riesgo de detención -bajo el
NDAA. Los dos abogados gubernamentales se negaron a dar esta garantía.
Ella le preguntó a Benjamín Torrance, Assistant Attorney (asistente del
fiscal) , si el gobierno consideraría un libro en el que figura la
oración “Apoyo las metas políticas de los talibanes” como prueba de
proveer “apoyo material” a las “fuerzas asociadas”.
Torrance no descartó dicha interpretación.
La jueza le preguntó: -¿Usted no puede decir que [dicho libro] que
representa un discurso político no podría ser analizado bajo 1021
[sección de NDAA]?
-No podemos decir eso -contestó Torrance.
-Me está diciendo que ningún ciudadano de EE.UU. puede ser detenido bajo 1021? -preguntó Forrest.
-Ese no es un temor razonable -respondió el abogado gubernamental.
-Digamos que es razonable temer de que uno va a tener la mala suerte
de ser detenido y llevado a juicio. ¿Qué significa “apoyo directo”?
-preguntó ella.
-No hemos dicho nada acerca de eso -respondió Torrance.
-¿Qué piensa usted que significa? Déme un ejemplo de la distinción entre apoyo directo e indirecto. Déme un solo ejemplo.
-No tenemos una posición tomada al respecto -respondió él.
-Entonces, haga de cuenta que usted es un ciudadano estadounidense
tratando de no violar esta ley. ¿Qué significa esta frase para usted?
-dijo la Jueza.
-No puedo explicarlo. No tengo ningún ejemplo específico -respondió Torrance.
En la actualidad hay 1.271 agencias gubernamentales y 1.931 compañías
privadas que trabajan en programas relacionados a contraterrorismo,
seguridad e inteligencia nacional en alrededor de 10.000 localidades de
EE.UU., según reportó el periódico The Washington Post en una serie de
2010 escrita por Dana Priest y William M. Arken. Los reporteros
escribieron que hay 854.000 personas con salvoconducto de seguridad del
más alto nivel de secreto, y que en Washington D.C. y el área
circundante desde septiembre de 2011 se están construyendo o ya se han
construido 33 complejos edilicios para trabajo de inteligencia de alto
grado. El reportero investigativo James Bamford escribió en el último
número de la revista Wired que la Agencia de Seguridad Nacional está
construyendo el centro de espionaje más grande del país en Bluffdale,
Utah, como parte de un programa de vigilancia secreto del NSA, cuyo
nombre codificado es “Stellar Wind” (Viento Estelar). Bamford mencionó
que la NSA estableció puestos de escucha a través de todo el país para
recoger, guardar y examinar miles de millones de mensajes de e-mail y
llamados telefónicos.
Si perdemos este caso, se le dará el poder a esa vasta red de agentes
operativos y agencias -que investiga y demoniza a todo aquel que no es
sumiso frente al estado corporativo- para que detenga a ciudadanos y los
despoje de su derecho al debido proceso. Se permitirá que el estado de
vigilancia y seguridad rotule como terrorista a todos los activistas y
movimientos por la no-violencia, al igual que a los críticos sociales y
políticos, que en la imaginación gubernamental puedan tener cualquier
rastro de conexión con Al-Qaeda o “fuerzas asociadas”. Si el Acta de
Autorización de Defensa Nacional (NDAA) no es derogada, seremos sumidos
en el despotismo, que nos dejará sin voz, que nos atrapará en el miedo y
el terror, inseguros de hacer cualquier pequeño comentario, cualquier
acción, porque podríamos ser malinterpretados, echados del trabajo o
metidos en la cárcel. Ese es el futuro que nos aguarda. Y mejor será
resistir ahora, cuando aún es posible.
Vìa:
http://revista-amauta.org/2012/04/resistir-ahora-cuando-aun-es-posible/
http://revista-amauta.org/2012/04/resistir-ahora-cuando-aun-es-posible/
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