jueves, 12 de junio de 2014

México: Replica al Pdpr-Epr sobre sus descalificaciones al anarquismo ... Capitan Guillermo....

“Los anarquistas no somos anti-comunistas, los anarquistas no somos anti-revolucionarios, los anarquistas no somos anti-proletarios. Los anarquistas somos personas íntegras, trabajadoras, dignas pues, que no conocemos más autoridad que la sabiduría, ni más gobierno que la libertad.”
[Nota del CeDeMA: A la dirección de correo electrónico de este Centro de Documentación fue enviada la siguiente esquela en cuyo asunto se destaca una solicitud de “Difusión a una réplica”.
Firmada al pie por un ‘capitán Guillermo’, refiere a un documento reciente incluido en el número 155 (mayo 2014) de ‘El Insurgente’, órgano del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (”El anarquismo en la lucha de clases”, pp. 21-23 — http://www.cedema.org/uploads/El%20insurgente%20155.pdf).
En un momento de la presente carta se destaca la filiación del firmante y textualmente aclara lo siguiente: “me lleva a escribirles esta carta a titulo personal, al margen pues de las responsabilidades que mantengo como miembro de las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón”.
Debido a esta circunstancia es que hemos decidido no incluir el presente texto en la sección correspondiente a las Milicias Insurgentes-Ricardo Flores Magón.]
…Porque mala es la memoria y abundan los desmemoriados. Y a lo mejor después de tanta sangre la patria se descompone y llegan más franceses, o gringos, o Ingleses…
…Como si lo único que hubiera aprendido uno, es que hasta en soledades como éstas la terquedad de los buenos permanece agazapada, a la espera. Y puede que en el futuro sobren emboscados y chaqueteros y se olviden las canciones que cantaban Nicolás Romero y Crescencio Morales; puede que hasta la “Mamá Carlota” y “Los cangrejos” se vayan al olvido, pero incluso si eso sucede sobrará Patria enfurecida por aquí y por allá…
Guillermo Prieto, 1867
Partido Democrático Popular Revolucionario - Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR)
Comité de Prensa y Propaganda
Consejo Editorial de “El Insurgente”
Líder de opinión
Articulista invitado
Redactor en turno
a quien corresponda pues:
Camaradas, disculparán Uds. que les haga llegar esta misiva de manera indirecta, pero en la dirección electrónica a la que remiten en su Órgano de Difusión y Análisis “El Insurgente” aparece un texto escrito en silabarios Kana, propios del idioma japonés, en el que se hace referencia al ajuste de dietas según cada temporada del año[1]; por lo que me imagino que dicho sitio ya no mantiene vínculos con su Partido Democrático y Ejército Popular Revolucionario (PDPR - EPR), además de que no tiene buzón para suscribir mensajes. A nosotros nos sucede también esto de manera recurrente, por ello no he logrado establecer una dirección postal o electrónica permanente, teniendo que acudir a la buena voluntad de quienes consideran relevante difundir lo que ahora les escribo.
Es curioso como en los tiempos que ahora corren para algunos resulta imperioso fijar posturas en torno al anarquismo [2], tal vez se deba a que éste es un tema que inquieta demasiado a algunos, normalmente a causa de la ignorancia, pero también a causa del dolo disparado por los dogmas propios del poder. Dicho lo cual, es preocupante la desinformación que exhibe sobre el tema en cuestión un artículo publicado en su reciente número de “El Insurgente”[3], lo que me lleva a escribirles esta carta a titulo personal, al margen pues de las responsabilidades que mantengo como miembro de las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón (MI-RFM).
No es mi intención con esta epístola dar pie a una discusión teórica, ni mucho menos abonar a la retórica de un tal J. Stalin, solamente apelo al derecho de réplica para aclarar ciertos conceptos elementales que pasan por alto en su publicación. Sirva entonces reiterar las palabras de un inquebrantable luchador social mexicano quien se autoafirmaba sin tapujos como anarquista [4]:
No hay que ser masa, esto es, no hay que participar de los prejuicios, de las preocupaciones, de los errores, de las costumbres de las multitudes inconscientes (…)
No hay que ser masa: hay que ser conjunto de individualidades pensantes, unidas entre sí para conseguir fines comunes a todos; pero que cada uno, sea hombre o sea mujer, piense con su propia cabeza, que cada uno haga esfuerzos para dar una opinión sobre lo que es preciso hacer para obtener el logro de nuestras aspiraciones que no son otras que la libertad de todos fundada en la libertad de cada uno; el bienestar de todos, fundado en el bienestar de cada uno (…)
Para lograr esto no hacen falta los jefes, antes bien, estorban, porque el que es jefe quiere predominar, quiere que se le obedezca, quiere estar sobre los demás, y nunca un jefe podrá ver con buenos ojos la intención de los pobres de instaurar un sistema social basado en la igualdad económica, política y social del ser humano. Un sistema de esta clase, no garantiza a los jefes la vida ociosa y fácil que ellos quieren llevar, llena de honores y de gloria, a costa de los sacrificios de los humildes. [5]
Hermanas, hermanos en armas, empíricamente, sin más pretensión que la de seguir acercándonos a su causa, quiero mencionar algunas de las vivencias que hemos transcurrido durante esta guerra a muerte contra el mal gobierno [6]. Al paso del tiempo recordamos aquel año oficial de 1996 cuando, desde Aguas Blancas en Guerrero, su Ejército Popular Revolucionario se dio a conocer ante los pueblos del mundo. Entonces sus hechos fueron contundentes argumentos para demostrar que no eran una pantomima, desde entonces abrazamos su causa.
Durante 1997, apenas un año después de que las MI-RFM se daban a conocer a través del Manifiesto de los Volcanes[7], personalmente daba seguimiento a través de la prensa escrita de los denodados esfuerzos de sus columnas insurgentes por romper el cerco militar que las tropas del gobierno federal tendían para aniquilarlas. Los reportes de la Sección 2da de la Sedena se ufanaban de causarles 146 bajas y haber capturado a 169 elementos, los estrategas de la Segob intensificaban su campaña mediática de descalificación colgándoles el mote de ‘guerrilla mala’. Las acciones del EPR siguieron siendo contundentes verdades para doblegar al mal gobierno, desde entonces propagamos su causa.
Luego, lastimosamente nos enteramos de la masacre perpetrada por militares de la 27 Zona Militar, bajo el mando del general Alfredo Oropeza Garnica, ocurrida el 7 de junio de 1998 en la escuela Caritino Maldonado Pérez, en la comunidad na’saavi de El Charco, municipio de Ayutla de Los Libres, Costa Chica de Guerrero. En ese momento todo fue confusión y dolor, posteriormente tuvimos conocimiento de la existencia del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), los medios hablaban de escisiones, rupturas y cismas dentro del EPR. Leímos sus comunicados, hablamos con nuestras estructuras autónomas de resistencia popular sobre esta situación, analizamos diversos escenarios, siendo su proceder lo que nos sirvió para compartir estandartes, desde entonces abrazamos una nueva causa, que ubicamos dentro de su causa, que ya de por sí era nuestra.
Posteriormente vinieron más años de guerra y más grupos, más confusión y más dolor, pero siempre consideramos sus logros como razones decisivas para encontrar aliento ante los embates del enemigo. Basta recordar el asalto del EPR, que con “tres pelotones mixtos conformados por unidades urbanas y rurales pertenecientes al destacamento Francisco Javier Mina, y contando con el apoyo de milicias populares”, hicieron volar por los aires las ínfulas dictatoriales del gobernante en turno, desenmascarando el entreguismo del mal gobierno al hacer detonar “ocho cargas explosivas en los ductos de Pemex ubicados en Celaya, Salamanca, Valle de Santiago, Guanajuato, y en la válvula de seccionamiento de Coroneo (Querétaro), activadas simultáneamente a la una de la mañanas de los días 5 y 10 de julio” del año 2007.
Todo esto y más han realizado, pero permítanme decirles, respetuosamente, que en mi opinión la mayor aportación que nos han brindado en todos estos años, es la de fijar en la conciencia nacional la necesidad de impedir por todos los medios que en México se sigan desapareciendo a las personas por luchar en búsqueda de un mejor futuro. Ha sido una gran hazaña la conformación de una Comisión de Intermediación entre probas personalidades nacionales y el gobierno federal para dar con el paradero de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, quienes sufrieron la desaparición forzada ejercida por parte de un mal gobierno que ya no tiene disimulos en exhibirse impúdicamente en su condición de homicida y criminal. Aunque la búsqueda hasta ahora ha sido infructuosa, al tiempo veremos las aportaciones que esta noble decisión del PDPR-EPR tendrá en beneficio de las víctimas de este delito de lesa humanidad.
Este mundo ha cambiado desde que empezamos nuestra lucha (que no es mas que la continuación de otras luchas) y debemos reconocerlo, padecemos estrategias bélicas de 4ª generación, los instrumentos de destrucción masiva son cada vez más sofisticados y se encuentran cada vez más extendidos, el deterioro de nuestro entorno es irreversible. Sin embargo, los principios que nos fundamentan siguen vigentes, nuestra tarea sigue siendo la de anteponernos a las fuerzas que nos quieren someter en la opresión o aniquilarnos. Aún no han logrado vencernos, nuestras mejores armas siguen siendo las ideas que nos permiten diseminar una moral social que doblegará al enemigo en las bases del bien común.
Ahora, la fuerza que impele a los jóvenes para modificar la terrible realidad que les rodea adquiere matices contrastantes, desde la iniciativa individualista por el sicariato como medio de vida (aunque termine normalmente con la cárcel y la muerte), hasta la insurrección violenta contra la semiótica del poder, a veces espontánea y legítima (aunque termine normalmente con la cárcel y la muerte), no exenta, es cierto, de la manipulación mediática.
En medio de la confusión y del dolor, la fórmula aplicada para aplacar la natural rebeldía es la desinformación, la represión y la generalización de la violencia institucional y/o criminal, abatiendo cualquier expresión disidente. Los medios vulgarizan como un sinónimo caos y anarquía, la desesperación de muchos les lleva a dar por cierta esta falacia.
En este mismo sentido, utilizando de manera maniquea citas que se presentan como ‘verdades absolutas’, han optado Uds. por redactar artículos panfletarios como al que hago referencia en esta carta, que en lugar de construir espacios para la reflexión y análisis, se convierten en la burda descalificación de lo que desconocen.
Permítanme ponerles un ejemplo que ilustra el despropósito en el que han incurrido, que no tiene que ver con los anarquistas; tomemos pues una frase célebre de las fuentes normalmente utilizadas por la redacción de “El Insurgente”, citemos a Carlos Marx: “la religión es el opio del pueblo”. Con esta frase labrada como ‘verdad absoluta’ no queda mucho para discutir, pero les invito a desmitificarla, contrasten esta frase con la digna y cotidiana lucha popular que realizan las comunidades eclesiásticas de base en defensa del migrante, quienes brindan ayuda humanitaria y espiritual a las personas que en su búsqueda de mejores condiciones de vida, enfrentan al peor rostro del enemigo que tenemos en común. Desde esta perspectiva es más conveniente el análisis, pues en medio de la obscuridad de estos tiempos nos ayuda a iluminar la razón, para encontrarnos así con otros que también luchan en las sombras.
Podríamos seguir con más ejemplos, pero lo que deseo resaltar es que siempre será mejor entender, proponer, construir pues, que descalificar. No creo que sus principios les impidan escuchar a los otros que como Uds. luchan por una patria más digna, incluyente, próspera. Así como Uds. han logrado fijar la prioridad de erradicar la desaparición forzada de personas en nuestra patria, es imprescindible reconocer también que un holocausto se lleva a cabo en nuestros territorios, diseñado por gobiernos extranjeros y operado por locales, dirigido a inhibir, controlar y explotar el éxodo que realizan con su emigración los pueblos hermanos centroamericanos, las comunidades rurales y urbanas de nuestro país.
¿Es posible leer un reportaje en “El Insurgente” que proponga acciones concretas para atender esta emergencia?; ¿es posible lograr el consenso entre las muy diversas organizaciones sociales mexicanas para coordinar esfuerzos que permitan aliviar el paso de los migrantes en México?; ¿cómo podrían las organizaciones político-militares revolucionarias participar en las propuestas pacíficas realizadas por algunos representantes de la Iglesia Católica para atender al migrante?; ahí están los llamados (y no son a misa), son públicos y plurales.
La ética revolucionaria nos llama a prescindir de promover la relevancia individual, fundamentando y exaltando dogmáticamente los supuestos logros propios, para esforzarnos en la construcción colectiva del bienestar, a través del reconocimiento de la otredad y su capacidad para producir cambios graduales, que día a día se suceden, consiguiendo procesos notorios de resistencia y autogestión, los cuales se escriben con la tinta de la humildad. Les sugiero que difundan algunos de estos pasajes históricos en la construcción de una sociedad más justa, valdría la pena pues que pudieran analizar la invitación pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para conocer sus experiencias en la construcción de un mundo mejor a través de su Escuelita Zapatista [8]. ¿Será posible leer en un próximo número del “El Insurgente” una serie de entrevistas que den cuenta de los avances que se registran en las comunidades rebeldes zapatistas gracias a sus Juntas de Buen Gobierno?
Compas, me queda claro que después de esta larga retahíla de opiniones personales, será difícil que sigan leyéndome, pero en caso de que decidan continuar disculpen Uds. el atrevimiento de hacerles algunas sugerencias más para su prestigiosa publicación escrita. Primero permítanme agradecer que mantengan todavía la sección de ‘Arte y Cultura’, sería recomendable ampliarla y publicar incluso algunas poesías libertarias [9]. Igual propongo que puedan incluir una sección de trivias: ¿cuál era el primer nombre de Ricardo Flores Magón?, ¿cuál era el segundo apellido de Benito Pablo Juárez?, ¿cuál ha sido el único gobierno extranjero que ha brindado apoyo para la preparación militar de una guerrilla en México?, serían más útiles que los libelos con los que algunos maestros pretenden adoctrinar a sus alumnos en la lucha nacional por el xxxismo2. También se me ocurre que podrían abrir un buzón para los lectores, recomendación que descubro ahora que me veo en la necesidad de realizar esta réplica a su periódico y que espero sinceramente que no sea la única que reciban .
En estos aciagos días que atraviesan de dolor y muerte a nuestra tierra, con cientos de miles de personas asesinadas, decenas de miles de desaparecidos, miles de presos de conciencia y pueblos enteros bajo amenaza, es innegable la insurgencia de un mosaico de rebeldías, incesante irrupción de nuevos y diversos rostros insurrectos, ocultos o no detrás de un paliacate, de una playera embozada, de una máscara, o por la sombra de una cachucha. ¡Bienvenidas todas estas voluntades, siempre!
Construyamos espacios concomitantes que favorezcan la suma de empeños para tender puentes y establecer mecanismos de coordinación eficaces, para amalgamar junto con todos estos rostros rebeldes la identidad de un corazón colectivo que inyecte sangre libertaria a nuestra doliente patria. Ojalá que este intercambio de opiniones sirva para ir acercando nuestras coincidencias, que en la praxis tengo por seguro que son suficientemente más convincentes que nuestras discrepancias, para seguir así identificándonos del lado del pueblo en medio de esta guerra.
En fin con lo aquí dicho, solamente me queda solicitarles que corrijan las descalificaciones publicadas en el reciente número de su medio de difusión impresa “El Insurgente”; aclarando en dicho medio que los anarquistas no somos anti-comunistas, los anarquistas no somos anti-revolucionarios, los anarquistas no somos anti-proletarios. Los anarquistas somos personas íntegras, trabajadoras, dignas pues, que no conocemos más autoridad que la sabiduría, ni más gobierno que la libertad.
Salud y anarquía camaradas.

“La palabra como medio para unificar tendencias, la acción como forma de cambiar y establecer la vida”

“Instruir al cerebro para hacer efectivo el golpe del brazo, armar el brazo para proteger contra las armas las concepciones del cerebro”

Capitán Guillermo
Jun-mut, Tzité, México
junio 2014

Referencias:
[1] http://www.pdpr-epr.org
[2] De un anarquista al Subcomandante Marcos
[3] El Anarquismo en la Lucha de Clases. El Insurgente, mayo 2014, 18 (155), 21-23.
[4] Carta de Ricardo Flores Magón a Nicolás T. Bernal. Soy anarquista, y no podría sin remordimiento y vergüenza recibir el dinero arrebatado al pueblo por el gobierno. Penitenciaría Federal de los Estados Unidos. Leavenworth, Kansas Diciembre 20 de 1920.
[5] Ricardo Flores Magón. Los jefes. Periódico Regeneración del 15 de junio de 1912.
[6] Jorge Lofredo. Nuestra arma más poderosa es la idea. Entrevista a las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón (MI-RFM)
[7] Manifiesto de los Volcanes
[8] Subcomandante Insurgente Moises. Editorial de la Revista Rebeldía.
[9] Sueña que sueña sombra de la sombra
Parte de Urgencias

vía:
 http://www.lahaine.org/index.php?p=78140

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