jueves, 24 de marzo de 2016

Argentina: Obama en Argentina (ayudamemoria) José Steinsleger

José Steinsleger




En 1838/1852 (Washington). El general Carlos María de Alvear (embajador argentino de Juan Manuel de Rosas en Estados Unidos) abunda en críticas contra la intervención yanqui en México, las ambiciones hacia Cuba, las Antillas y América Central, y “… el contrasentido de un sistema liberal pero esclavista, respetuoso de la ley hacia adentro, y arrasador fuera de sus fronteras”.

1889 (Washington). En la primera Conferencia Panamericana, Argentina se opone a toda unión aduanera. Alegando no saber inglés (lengua que dominan), Manuel Quintana y Roque Sáenz Peña (jefes de la delegación) solicitan que el acta final se lea en español. El delegado mexicano del dictador Porfirio Díaz traduce en voz alta el documento, y Sáenz Peña cierra su intervención con un estridente ¡Sea América para la humanidad!

1901 (México). En la segunda conferencia, Washington invoca el espíritu del Destino Manifiesto, que Argentina califica como versión yanqui de la carga del hombre blanco de los ingleses.

1902. A raíz del bloqueo y ataque anglogermano a Venezuela (apoyado bajo cuerda por el gobierno yanqui), el ex presidente Carlos Pellegrini propone que la nación agredida disponga de fondos argentinos depositados en Europa.

1913. El presidente Teodoro Roosevelt visita Buenos Aires y declara su agrado por no encontrar negros en Argentina.

1914. Tras el desembarco de los marines en Veracruz, la cancillería argentina gira una circular a sus embajadores subrayando la “… íntima solidaridad moral con que se siente ligada a la suerte de México, como a la de todas las repúblicas hermanas”.

1916 (Washington). A inicios de la Primera Guerra Mundial, el gobierno de Woodrow Wilson solicita al de Hipólito Irigoyen la ruptura de relaciones con el imperio alemán. Irigoyen responde: Argentina no va a permitir ser conducida a la guerra por Estados Unidos. Los medios gringos acusan a Irigoyen de germanófilo.

1919 (República Dominicana). Un buque de la armada argentina llega a Santo Domingo, ocupado por Estados Unidos desde 1916. Irigoyen ordena al capitán que se abstenga de saludar a la bandera del imperio. En la isla, un grupo de mujeres iza una gran bandera dominicana, y el navío la saluda con 21 cañonazos de salva.

1933. Franklin D. Roosevelt visita Buenos Aires y dicta una conferencia en el Congreso Nacional, ocasión en la que el hijo trotskista del presidente conservador Agustín P. Justo le arrebata el micrófono y pega un grito que se oye en todo el mundo, a través de las ondas radiofónicas: ¡Abajo el imperialismo norteamericano! En sus memorias, el diplomático Sumner Welles cuenta que a raíz del hecho, el secretario de Estado Cordel Hull “… adoptó un prejuicio casi sicopático contra Argentina”.

1939/1943. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Argentina vuelve a declararse neutral. Washington no pone reparos. Por el contrario, firma el primer tratado comercial en 70 años, y en 1943 reconoce el golpe militar que pone fin a la hegemonía conservadora pro británica. Pero de este golpe surge Juan D. Perón, a quien los medios gringos (a tono con la época) califican de nazi.

1944. En junio, el Departamento de Estado sugiere a las repúblicas latinoamericanas el retiro de sus embajadores acreditados en Buenos Aires, en un plazo de 15 días. En agosto, Washington congela las reservas de oro argentino en Estados Unidos, y prohíbe que buques con su bandera atraquen en puertos argentinos.

1945. El embajador Spruille Braden se reúne con Perón, ofreciéndole apoyo a cambio de que el gobierno se abra a las inversiones yanquis. Perón le responde: Al que hace eso en mi país se lo llama hijo de puta. Prefiero que ustedes digan eso de mí, y no mis compatriotas.

1946. En febrero, en víspera de elecciones, el Departamento de Estado publica el famoso Libro azul, que trata de probar la complicidad del gobierno argentino con el alto mando militar alemán. Perón se impone en las urnas con 52 por ciento de los votos, y el secretario de Estado James F. Byrnes echa al canasto los ejemplares sobrantes del panfleto.

1965. Poco antes de la segunda invasión yanqui a República Dominicana, el presidente Arturo Illia (radical) se niega a enviar tropas a Santo Domingo y obsequia al país antillano el cañón del crucero que disparó las históricas salvas de 1919.

1973. El agente de la CIA Robert C. Hill (embajador de Estados Unidos en Madrid durante los últimos años del exilio de Perón) es trasladado a Buenos Aires. Un año después surge la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), grupo criminal supuestamente paramilitar.

1976. En octubre, reunión secreta entre el almirante César Guzetti (canciller del dictador Jorge Videla) y el secretario de Estado Henry Kissinger (Hotel Waldorf Astoria, Nueva York). Guzetti informó a Kissinger sobre los progresos del régimen contra los trabajadores, estudiantes e intelectuales argentinos. Nuestra lucha ha tenido muy buenos resultados, agregó.



vìa:http://www.jornada.unam.mx/2016/03/23/opinion/021a1pol

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